Milongueando
Vení
Vení ahora
vamos a milonguear
por las sábanas
del tiempo
sin cesar
Dejemos
que solo los limites
de nuestros cuerpos
marque el tiempo
de nuestra danza
Que la única música
que escuchemos
sea el latido de tango
en nuestro corazón
Bailemos, bailemos
hasta que el sol
se ponga rojo
por no soportar más
tanta pasión
Bailemos hasta la última gota
de lágrimas o transpiración
y que ellas no sean más
que las últimas gotas
de lluvia
que desde la dura piedra
va a hacer explotar
la nueva vertiente
de este eterno amor.
Marlos Drumond